De Él mana la vida

Abril 2021

Mis queridos jóvenes:

Os saludo en el nombre del Señor Jesucristo y pido que sus bendiciones, amor y dirección sean sobre vosotros en abundancia.

Procesos de la mente

Según la OMS existen en el mundo más de 350 millones de personas con depresión, pero en realidad son más porque miles y miles no reconocen este tras–torno de la mente ni buscan ayuda. Sufrir una depresión altera la vida sustancial–mente. Cuando se padece esta alteración física el individuo experimenta una sensación persistente de tristeza durante un tiempo que puede ser más o menos largo.(1) A parte de la depresión, existen otras alteraciones de la mente que pueden llevar al individuo a la enfermedad y la muerte. Ante este panorama podemos entender mejor las palabras del sabio Salomón que dijo: “Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es la fuente de vida“ (Prov. 4:23). (DHH). En otras versiones bíblicas en vez de “mente“ dice “corazón“, pero en realidad ambos términos significan lo mismo, así es que cuando encontremos un texto donde se hable de corazón debemos entender que está refiriéndose a la mente. Hoy día, en nuestro lenguaje coloquial, también hacemos el mismo uso de la palabra “corazón“ para referirnos a nuestra mente: “Te amo con todo mi corazón“. “Lo que me dijiste me quedó en el corazón“, etc.

Salomón entendió en su tiempo que la mente era la sede de los pen–samientos, sentimientos, emociones e inteligencia y que debía custodiarse de forma concienzuda. Él mismo dijo: “La congoja del corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra“ (Prov. 12:25). (RVR1960). Tal vez no pudiera explicar de forma explícita y científica los procesos físicos que se dan el cerebro, como lo hace la neurociencia en nuestros días, pero sí que entendía (por inspiración divina) que las actitudes y lo que el ser humano decide albergar en su mente, condiciona su vida y afecta positiva o negativamente su salud.

Por ejemplo, hoy se sabe que del 60 al 90% de las consultas médicas, tienen que ver con las emociones tóxicas, que son aquellos pensamientos y sentimientos negativos que decidimos albergar en nuestra mente. No somos negativos porque nos va mal sino que nos va mal porque somos negativos, de hecho la Biblia dice que al hombre malo le sucederá lo que espera (Prov. 10:24) y al contrario, a los que desean algo que está en conformidad con la voluntad de Dios, les irá bien (Prov. 10:24). De alguna forma, cuando decidimos albergar pensamientos y sentimientos negativos, atraemos lo que pensamos; nuestra vida va en la dirección de nuestros pensamientos.

La Biblia y el Espíritu de Profecía lo confirma: “El hombre, “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Proverbios 23:7. Muchos pensamientos forman la historia no escrita de un solo día, y tienen mucho que ver con la formación del carácter. Debemos vigilar estrictamente nuestros pensamientos, pues un pensamiento impuro deja profunda impresión en el alma. Un pensamiento malo deja una mala impresión en la mente. Si los pensamientos son puros y santos el hombre mejora por haberlos acariciado. Aceleran el pulso espiritual y aumentan el poder para hacer el bien. Y así como una gota de lluvia prepara el camino para otra en el humedecimiento de la tierra, un buen pensamiento prepara el camino para otro“.(2)

La ciencia habla

Estas palabras nos muestran lo que ya se sabía miles de años atrás, las palabras del sabio Salomón lo confirman. La mente tiene poder sobre el cuerpo y dependiendo de las emociones y sentimientos que decidamos albergar, así será la calidad de nuestra salud y de nuestro estado anímico.

Cuando la persona se preocupa mucho y se estresa, el cuerpo segrega el cortisol, hormona que se produce en las glándulas suprarrenales de la parte superior de cada riñón, y actúa como un neurotransmisor en el cerebro. Si los niveles de esta hormona están equilibrados, el organismo funcionará bien. Pero cuando sus niveles se elevan, todo el cuerpo sufre, favoreciendo la depresión y la ansiedad, el temor y la tristeza, a parte de dañar el sistema digestivo y el corazón, entre otros. La ansiedad y las preocupaciones también afectan al hipocampo en el cerebro, porque en él hay muchos receptores de cortisol, zona encargada de potenciar el aprendizaje, la memoria y de regular los estados emocionales.(3)

Todos vamos a tener que enfrentar situaciones difíciles en la vida, el Señor Jesús nos lo enseñó: “En el mundo tendréis aflicción“ (Jn. 16:33). (RVR1960). Pero todos podemos recibir la fuerza y el poder necesario para hacer frente a los problemas de la vida con la ayuda de Jesús. Alguien dijo que todos los humanos recibimos golpes duros durante nuestra vida, pero el sufrimiento lo añadimos nosotros.

Me explico mejor. Tener momentos de enfado, estar tristes en alguna situación especial, no es que sea malo, todos lo vamos a experimentar porque vivimos en un mundo gobernado por el enemigo y poseemos una naturaleza pecaminosa; otra cosa muy diferente es cuando “decidimos“ instalarnos en la tristeza, el rencor, la amargura, la melancolía, la desesperanza, el resentimiento, etc. Y digo “decidimos“ porque nadie nos impone u obliga a vivir bajo la tiranía de estos sentimientos o emociones, somos nosotros los que posibilitamos que así sea. Estos estados emotivos sostenidos en el tiempo intoxican nuestra mente, como los alimentos de pH ácido intoxican nuestro cuerpo. El problema es que estas emociones dañan distintos órganos, favorecen las arritmias, suben los niveles de glucemia, matan neuronas del hipocampo y alteran el sistema inmune pudiendo aparecer enfermedades autoinmunes.

El conocido doctor Mario Alonso Puig, cirujano general y del aparato digestivo, miembro de la New york Academy of Scienes, y estudioso de la mente, afirma: “Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional.“(3)

La psiconeuroinmunobiología “es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano“ -sigue diciendo el Dr. Puig. “El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interac–tuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos… Se ha demos–trado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas.“(4)

Santiago Ramón y Cajal, médico y científico español especializado en histología y anatomía patológica, premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1906, que descubrió el rol de la neurona en el cerebro, llegó a afirmar: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro.” (5)

Estos descubrimientos científicos no hacen más que confirmar lo que por inspiración ya se conocía desde antes que la ciencia lo descubriera. La pluma inspirada dice: “La relación que existe entre la mente y el cuerpo es muy íntima. Cuando uno está afectado, el otro simpatiza. La condición de la mente afecta la salud del sistema físico. Si la mente es libre y feliz, por una conciencia de bien hacer y un sentido de satisfacción en hacer felices a otros, crea una alegría que reaccionará sobre todo el sistema, produciendo una mejor circulación de la sangre y una tonificación de todo el cuerpo. La bendición de Dios es un poder sanador, y los que benefician a otros con generosidad sentirán esa maravillosa bendición tanto en el corazón como en la vida“.(6)

Con el favor de Dios podemos cuidar nuestro cerebro, nuestra mente, que es la fortaleza de nuestro ser entero. Con la mente alabamos a Dios, decidimos lo que hacemos, asumimos compromisos, elaboramos pensamientos que nos elevan e inspiran, oramos, nos alegramos y gozamos por los logros que realizamos, somos impulsados a ayudar a nuestro prójimo y sobre todo a amarlo; la mente es la fuente de donde mana la vida. Hoy se sabe que existen prácticas y hábitos que nos pueden ayudar a mantenerla sana y conectada con Dios para usarla de acuerdo a su voluntad y que llegue a ser una bendición para nosotros y quienes nos rodean.

Veamos algunos consejos prácticos:

Cultivar hábitos correctos en el comer y beber: “Para que las otras partes del sistema estén sanas, el cerebro debe estar sano. Y para que el cerebro esté sano, la sangre debe ser pura. Si por los hábitos correctos en el comer y el beber se mantiene pura la sangre, el cerebro estará adecuadamente alimentado“.(7)

Fomentar pensamientos positivos: “Algunas veces la imaginación produce la enfermedad, y es frecuente que la agrave. Muchos hay que llevan vida de inválidos cuando podrían estar buenos si pensaran que lo están. Muchos se imaginan que la menor exposición del cuerpo les causará alguna enfermedad, y efectivamente el mal sobreviene porque se le espera. Muchos mueren de enfermedades cuya causa es puramente imaginaria“.(8)

Practicar ejercicio físico: “El ejercicio físico estimula los neurotransmisores que te mejoran el ánimo como la serotonina, la dopamina, la noradrenalina, las endorfinas y demás… El ejercicio es la acción que más impacto puede ejercer sobre tu cerebro y sobre tu ánimo“.(9) “Todo lo que promueva la salud física, promueve el desarrollo de una mente fuerte y un carácter equilibrado“.(10)

Colocarse en armonía con la ley de Dios: “La conciencia de que se está obrando con rectitud es la mejor medicina para los cuerpos y las mentes enfermos. La bendición especial de Dios que reposa sobre los que la reciben es salud y fortaleza. La persona cuya mente esté tranquila y satisfecha en Dios, está en la senda de la salud“.(11) 

Conclusión

Que el Señor nos ayude a cuidar nuestra mente porque ella es la fuente de la vida, a través de la cual abrazamos la fe, alabamos a Dios y le amamos y asimismo nos relacionamos con nuestro prójimo y lo amamos. Dios te bendiga.

José Vicente Giner
Pastor y director del Departamento de Jóvenes
de la Asociación General

Para la reflexión:

  1. ¿Cómo definirías qué es la mente?
  2. ¿Cuáles son las funciones más importantes de la mente?
  3. Cita algunos hábitos que potencien su efectividad