SEMILLEROS DE ESPERANZA

39. DECISIONES QUE HACEN HISTORIA

Objetivos:

  1. Aprender con el ejemplo de Roboam, que una mala base educativa puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas que afecten sobremanera nuestra vida.
  2. Entender que una decisión correcta o nuestras muchas decisiones correctas, no pueden originar desgracias sin fin en nuestra vida, al contrario.
  3. Saber que las decisiones correctas son el fruto de tener plena comunión con Cristo.
  4. Invitar al joven a fundamentar su vida en Cristo, autor y consumador de la fe.

Introd.

  1. Cuando vinieron las tribus de Israel ante la presencia de Roboam en Siquem, el hijo de Salomón, representadas por Jeroboam, con el objetivo de aceptar a  Roboam como rey de Israel y servirle, traían una petición al joven monarca: “Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora disminuye tú algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos. Y él les dijo: Idos, y de aquí a tres días volved a mí. Y el pueblo se fue“ (1 Rey. 12:4-5). (RVR1960).
  2. Este es el momento que Roboam tiene que tomar una decisión que será decisiva para su reinado y que marcará todo el resto de su vida. 

I. CONFRONTADOS CON LA OBLIGACION DE DECIDIR

  1. Queridos jóvenes, todos los humanos debemos tomar decisiones decisivas en nuestra vida; no es que sea una concreta o dos; a veces son varias o muchas. Pero algunas son tan importantes, como en el caso de Roboam, que configuran nuestra vida de forma definitiva, para el bien o para el mal.
  2. Decidir qué profesión escoger, marcará mi nuestro presente y futuro. Cuando no elige bien la persona, pasa posteriormente su vida frustrada, haciendo algo que no le gusta. De hecho, la mayoría de personas están trabajando en algo que no les satisface, impidiendo, pues, que se sientan realizados.
  3. Esta decisión, querido joven, es tan importante que requiere horas de meditación, de consideración, de reflexión… Habrá que consultar a personas de confianza que te orienten, tendrás que ver en lo que te sientes mejor, es decir, qué actividad te satisface y con la que te pasan las horas sin darte cuenta.
  4. Decidir que profesión realizar en la vida, es capital para poder posteriormente encontrarse uno bien. No obstante, en este caso, si llegara la ocasión en la que la persona se da cuenta que no es lo suyo, siempre podría cambiar de rumbo. Sería más difícil, pero se puede.
  5. La compra de una casa donde vivir, todos los detalles de la misma: Estado, ubicación, precio, características de la misma, etc., es una decisión asimismo super importante. Si no se decide bien se arriesga de tener que cambiar por el tiempo y enfrentarse a una serie de problemas e incomodidades que se hubieran podido evitar de haber decidido bien. Pero se puede cambiar. 
  6. El problema es cuando se toman decisiones que no hay posibilidades de cambiar. Por ejemplo, hablo del matrimonio. Si tú decides unir tu vida con alguien a quien crees amar y das el paso sin consultar a Dios, dejándote llevar por tus sentimientos y emociones; sin conocer bien a la persona, sin haber pedido consejo a gente de confianza o sin querer escuchar sus consejos… Te arriesgas a que se escriba una historia triste de tu matrimonio. 
  7. Nadie piensa que va a ser un fracaso su boda, pero resulta que terminan separándose el 50% o más de los matrimonios. Aun dentro de la iglesia se dan separaciones. ¿Será que tú estás libre de sufrir esta experiencia? Dependerá de la decisión que tomes… 
  8. En realidad, son varias decisiones que se van tomando y que van conformando tu gran decisión: Seguir adelante con la relación o interrumpirla. Tendrás que basarte en las evidencias, en tus oraciones, en lo que observes del otro, en lo que te diga tu sentido común, etc. 

II. DECISIONES QUE NOS CONSTRUYEN O DESTRUYEN

  1. A parte del matrimonio, la decisión de creer o no en Dios, la iglesia a la que vas a pertenecer, la fe que vas a abrazar, etc., marcará tu vida tan profundamente que de ello dependerá tu felicidad presente y futura y sobre todo tu salvación o perdición eternas. Esta decisión también afectará la vida de quienes me rodean, de tu novio o novia, de tu cónyuge, de tus hijos si los tuvieres, de tus padres o resto de la familia.
  2. ¡Cuántas personas deciden abandonar la fe y envuelven a sus amados! He conocido personas que dejaron la fe y sus hijos crecieron sin Dios y por el tiempo, los padres regresaron, pero los hijos no quisieron saber nunca nada de la iglesia. La decisión de los padres afectó a los hijos. 
  3. Otra cosa es la relación que los padres deciden cultivar con la iglesia, si son críticos y poco colaboradores, si pasan la vida censurando al pastor o a los que se esfuerzan en hacer algo por el bien de la comunidad de creyentes, esos hijos difícilmente amarán cuando sean adultos la iglesia, más bien se separarán de ella, porque su visión de la misma es negativa.
  4. Todo cuenta, cuánto cuidado deberíamos tener en aquello que decidimos hacer o no hacer. No quiero decir con esto que una decisión equivocada es de arácter irrevocable y que uno ya está condenado para siempre. No es así. Las decisiones equivocadas pueden provocar reacciones muy negativas pero también tenemos que estar preparados mentalmente para buscar soluciones en Cristo. Los errores forman parte de nuestra formación, pero no significa que estemos obligados a cometerlos. Estamos obligados a tomar decisiones que honren a Dios y que nos dignifiquen a nosotros, decisiones que Dios inspire y que sean lo más correctas posibles. 
  5. Roboam, volviendo a la historia de la introducción, comenzó el proceso que le tenía que llevar a la decisión final: Aceptar la petición de las tribus o rechazarla.  
  6. Consultó a los ancianos que habían colaborado con su padre Salomón, cuando era rey y le aconsejaron que accediera favorablemente a la petición de Jeroboam (1 Rey. 12:6-7). Después se fue a consultar a los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él. ¿Cuál fue el consejo que le dieron? “No consientas. Sé fuerte y duro con ellos, que no vean debilidad en ti“ (1 Rey. 12:8-11). Podemos leer estos textos.
  7. Cuando regresó Jeroboam, tres días después con todo el pueblo, según la orden del rey, la decisión que había tomado la trasmitió sin titubear, respon–diendo duramente y dejando el consejo de los ancianos (1 Rey. 12:12-14). ¡Qué decisión tan desastrosa! 

III. INFLUENCIAS QUE DETERMINAN NUESTRAS DECISIONES

  1. Las consecuencias fueron nefastas, terminó fraccionando con su decisión el reino. La pluma inspirada nos dice con relación a Roboam: “Aunque Salomón había anhelado preparar el ánimo de Roboam, elegido como sucesor suyo, para que pudiera afrontar con sabiduría la crisis predicha por el profeta de Dios, nunca había podido ejercer una influencia enérgica que modelara en favor del bien la mente de su hijo, cuya educación primera había sido muy descuidada. Roboam había recibido de su madre amonita la estampa de un carácter vacilante. Hubo veces cuando procuró servir a Dios, y se le otorgó cierta medida de prosperidad; pero no era firme, y al fin cedió a las influencias del mal que le habían rodeado desde la infancia. Los errores que cometió Roboam en su vida y su apostasía final revelan el resultado funesto que tuvo la unión de Salomón con mujeres idólatras“ (Profetas y Reyes, 65).
  2. Según este texto, Roboam quedó condicionado, marcado, diríamos incapacitado para tomar decisiones correctas por la educación que recibió en el hogar. Como antes decía, las malas influencias de nuestra infancia, la mala educación, el mal ambiente donde crecemos y otros parecidos, impiden que tomemos las decisiones correctas porque nuestra mente está obnubilada.
  3. Alguien obnubilado está confundido o cegado, no logra reflexionar con claridad y difícilmente tomará decisiones de forma adecuada, como conviene en el Señor. Todo nos influye y puede llevarnos a equivocarnos en la toma de decisiones.
  4. Por ejemplo, una alimentación equivocada, una vida sin Dios, compañías de personas sin fundamento cristiano, el consumo de drogas, consumo de alcohol, una relación de noviazgo con una persona que nos desgasta en vez de edificarnos, vivir en un ambiente degradado, contemplar la maldad en todas sus formas a través de la red, la Televisión o la propia realidad; el pecado…
  5. Hablaba de un noviazgo inconveniente. El enamoramiento hace que los defectos de la otra persona desaparezcan y no se vea la realidad. Esto lleva al individuo a actuar de forma pasional, impulsiva, sin que piense en las consecuencias de sus decisiones. Y ya puede recibir la persona advertencias y señales de peligro por parte de amigos y familiares, que no hará caso de nada. La persona está obnubilada. 
  6. Cuando Sansón se enamora de la mujer filistea les dice a sus padres que la tomen para él, según la costumbre. Sus padres le advierten de su mala acción y le muestran que es un craso error tomar esa decisión contraria a la voluntad de Dios. Pero Sansón no razonaba, estaba acostumbrado a no razonar de causa a efecto, más bien estaba habituado a dejarse llevar por sus impulsos y sentimientos. Su decisión trajo consecuencias tremendas y luego las decisiones posteriores que tomó fueron labrando su destino hasta que terminó arruinando su vida.
  7. Tomar buenas decisiones, querido joven, es vital para tu felicidad presente y futura, para que tu vida sea de gran bendición y provecho. Coloca un buen fundamento en la construcción de tu vida y esto te ayudará a aprender a decidir las cosas de manera acertada.
  8. El mejor fundamento y único valido, lo encontramos en la declaración del apóstol Pablo: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo“ (1 Cor. 3:11). (RVR1960).
  9. Cuando el joven aprende a amar a Jesús, seguir a Jesús, servir a Jesús, obedecer a Jesús, está aprendiendo a elaborar decisiones con fundamento y bendición. Recordemos el caso de los tres jóvenes hebreos en Babilonia. Tomaron la decisión correcta cuando se les obligó a adorar la imagen de oro y Dios los exaltó y bendijo en gran manera.  
  10. José tomó la decisión correcta cuando fue tentado por la esposa de Potifar y Dios lo exaltó hasta ocupar el segundo puesto en el trono de Egipto. No quiero decir con esto que ellos fueron perfectos y que no se equivocaron en nada. Pedro, Juan y los demás discípulos cometieron sus errores, pero rectificaron y aprendieron a alinear sus vidas con la vida de su Maestro. Así se purificó sus corazones y sus decisiones fueron correctas estando en armonía con la verdad.

CONCLUSION

  1. Te invito, querido joven, a entregar tu vida a Cristo para que Él pueda moldear tu corazón por la obra de su Santo Espíritu y puedas convertirte de esta manera en un instrumento de salvación, por donde fluyan las bendiciones inagotables de Dios, para ti y todos los que te rodean.
  2. Cuando estamos en Cristo somos nuevas criaturas (2 Cor. 5:17), y por tanto las cosas viejas pasaron y ahora el Señor nos puede capacitar para que actuemos, pensemos y decidamos en forma correcta. Amén.

© José Vicente Giner