SEMILLEROS DE ESPERANZA

EL PROFETA PALOMA

Objetivos:

  1. Ser conscientes que Dios nos asigna a todos una tarea para realizar en favor de los pecadores.
  2. Saber que muchos que dicen creer en Dios se niegan a obedecerle y esto produce sus resultados negativos.
  3. Abrazar con gozo la promesa de que aquel que se arrepiente obtiene el perdón der Dios.
  4. Considerar con seriedad que tenemos la misión de predicar a los ninivitas de este mundo.

Introd.

  1. En la Palabra de Dios podemos encontrar la historia de un profeta cuyo nombre significa “paloma” (en hebreo Yona). Su nombre, “paloma”, indica la naturaleza de su misión: Mensajero de la justicia y la misericordia del Señor.
  2. Entre la vida de Jonás y la nuestra existen muchos paralelismos y podemos extraer de su historia preciosas enseñanzas para nuestra vida espiritual.

I. LA COMISIÓN DE JONÁS.

  1. Dios habla a Jonás. “Vino palabra de Jehová a Jonás…” (Jon. 1:1). (RVR1960). Es el mismo Dios quien dialoga con el profeta y quien le ordena lo que debe hacer.
  2. La vida de los cristianos debe estar basada en un “así dice Jehová”, no “así dicen los hombres” o “según mi opinión“. El reto más grande que tenemos es el de ser cristianos bíblicos. Tenemos una misión de origen divino. La vida de Cristo estuvo basada en la voluntad de su Padre; un “escrito está” era su santo y seña.
  3. El contenido de la orden era bien preciso y claro: “Levántate, y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mi“ (Jon. 1:2).
  • Levántate. Es una orden que le insta a actuar, moverse, trabajar, hacer algo por los demás. No podía afincarse en la inactividad.
  • Ve a Nínive. Es otra orden. Debe ir a la ciudad que fuera antigua ca–pital del reino de Asiria (el libro de Jonás se escribe en el 862 a. C. aproximadamente).
  • La ciudad grande. Nínive alcanzará su máximo esplendor con el rey Senaquerib (157 años después, en el 705-681 a. C.) Mandó construir el palacio real, murallas con 18 puertas, vías y canales. Fue adornado con más de 2000 relieves, con 80 cámaras, y la biblioteca con 25.000 tablillas de barro de escritura cuneiforme, conteniendo toda clase de información histórica, militar, etc. (Actualmente algunas de ellas se encuentran en el Museo Británico de Londres). La debemos ubicar cerca de Mosul, ciudad de Iraq, al Este del río Tigris.
  • Pregona contra ella. “Pregonar” es publicar, es dar a conocer en voz audible una cosa para que todos lo sepan. ¿Qué mensaje? De juicio, mas también de perdón y misericordia, porque Dios nunca desecha a nadie a menos que la persona rechace su invitación al arrepentimiento
  • Su maldad ha subido contra mí. Los ninivitas eran muy crueles, a sus enemigos les quitaban la piel a tiras. Cortaban sus cabezas y las llevaban en sacos al rey para contabilizar a los enemigos caídos. Isaías presenta a los asirios como: “Vara de mi cólera” (Is. 10:5); “Azote desencadenado” (Is. 28:15).

4. Los cristianos hemos recibido de parte de Dios una comisión muy clara y concreta. Tenemos que levantarnos de nuestras sillas (indiferencia, apatía, indecisión, temor, comodidad).

5. Debemos proclamar un mensaje, la verdad presente (Ap. 14:6), al mundo envuelto en su maldad. Un mensaje de juicio (Ap. 14:7), pero también de reconciliación y esperanza (Ap. 14:12).

II. LA DESOBEDIENCIA DE JONÁS

  1. ¿Qué hace Jonás?: “Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope“ (Jon. 1:3). (RVR1960).
  • “Se levantó para huir de la presencia de Dios”. Jonás se levanta pero no para obedecer sino para hacer su voluntad. Piensa equivocadamente, como muchos humanos hoy, que puede huir de la presencia de Dios, esconderse y que Dios no lo vea. Allá donde tratemos de huir para escondernos de Dios, allá somos vistos por el Autor de la vida. Si no se puede huir de su presencia, entonces Jonás decide desobedecer.
    Hace sus planes y no los planes de Dios. El cristianismo moderno ha resultado ser una senda que nosotros hemos construido a nuestro gusto y no la senda que Dios quiere que recorramos. El profeta decide ir a Tarsis (antigua ciudad fenicia situada al sur de España). Como no obedece la orden explícita de Dios, comienza a hacer sus planes y el diablo está ahí para dar éxito a sus proyectos.
  • A veces la gente me dice que ha orado a Dios y que todo le sale perfecto, que esto es una señal de su aprobación. Pero esto es un engaño. Hay que cerciorarse de que los planes que hacemos son los planes que Dios aprueba. Por ejemplo, si oramos a Dios para saber si nos debemos casar con una persona que no es de la iglesia. Si entendemos que la respuesta es positiva, entonces no viene de Dios, pero muchas veces se ha visto que la gente se deja llevar por sus deseos y no por la voluntad divina.
  • Al profeta todo le estaba saliendo bien, pensaba él, porque la historia nos dice que encontró una nave que se dirigía hacia el destino que él había pensado. Todo le sale bien: En Jope halla un navío que partía hacia el destino elegido. Pudo embarcar porque había plazas, el día era soleado, qué lindo, todo era perfecto…
  • Puede ser que al principio aparentemente todo salga bien a la persona que desobedece y decide ir a Tarsis en vez de a Nínive, pero tarde o temprano se dará cuenta que eligió mal y que se fue alejando de Dios.

2. El primer obstáculo: “Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave“ (Jon. 1:4).

  • La desobediencia de Jonás hace que los demás sufran (Acán en Jericó es otro ejemplo de ello en Josué 7). Nadie sabía lo que pasaba con Jonás, era su infidelidad lo que provocaba la tempestad. A veces pasa que por una sola persona sufre toda una iglesia, o familia, o colectivo social.
  • Cuando pecamos hacemos sufrir a otros y no permitimos que las bendiciones de Dios fluyan libremente a todos. El pecado de Judas provocaba divergencia entre los discípulos.

3. Los marineros desean proteger la nave: “Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos“ (Jon. 1:5).

  • La finalidad de esos marineros era bien clara: Proteger la nave. Sabían que esa protección sólo podía realizarse a través de la pérdida de aquellos pesos que comprometían la seguridad de la embarcación. Es como un lanzar de nosotros aquello que estorba nuestra paz y calma, es decir el pecado.
  • Dios ha prometido echar en lo profundo del mar todos nuestros pecados si los confesamos y los abandonamos (Miq. 7:19).

4. Jonás dormía. “Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir” (Jon. 1:5).

  • Desde que Jonás decidiera desobedecer a Dios, no podía esperar el ser bendecido. Sólo la fidelidad produce el sueño seguro. Jonás dormía, pero su sueño no era el sueño plácido del que sirve a Dios.
  • Sabemos que no hay paz para los pecadores, la paz interior es el resultado de la unidad con Dios.

5. Jonás es descubierto por el patrón de la nave. “Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate y clama a tu Dios; quizás él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos” (Jon. 1:6).

  • El capitán reprende al profeta desobediente y le marca su deber a pesar de que él no es hebreo.
  • Dios usa a veces a pecadores o personas que no son de nuestra iglesia para recordarnos cuál es nuestro deber. Pero debiéramos ser más bien luz del mundo, es decir ser nosotros quien iluminemos al mundo.

6. La tripulación descubre la razón por la que está ocurriendo aquella calamidad. “Y dijeron cada uno a su compañero…” (Jon. 1:7-10).

  • “La suerte cayó sobre Jonás“. Dios estaba hablando al profeta. Lo estaba atrayendo hacia sí a través de la tormenta, a través del capitán, a través del sorteo, el Señor no deseaba abandonar a su hijo desobediente. Dios siempre busca la forma de atraernos. No escatima medios. Jesús vino a buscar y salvar al que se había perdido.
  • “Cristo nunca abandonará al alma por la cual murió. El alma puede dejarle a él, y caer rendida por la tentación; pero nunca puede alejarse Cristo de uno a quien ha comprado con su propia vida“ (Promesas para los últimas días, 136).
  • “Soy hebreo y huía de la presencia de Jehová“. Jonás declaró su procedencia, aparentemente estaba profundamente compungido, pero en realidad lo hizo porque no tenía otro remedio. El problema es que su palabra no era coherente porque decía servir a Dios pero se estaba alejando de Él. ¿Está nuestro testimonio en armonía con la verdad que profesamos practicar.

7. La gente intenta salvar a Jonás. “Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo…?“ (vr. 11-17).

  • “Tomadme y echadme al mar“. Estas palabras parecen indicar que el profeta es un héroe de la fe, pero si bien lo pensamos no está pidiendo perdón a Dios ni a la gente por haberles perjudicado, en realidad prefiere morir antes de considerar que sus planes eran equivocados y que tenía que haber aceptado la comisión de ir a Nínive. Muchos cristianos son capaces de morir espiritualmente antes de aceptar su deber.
  • “Remaron con ahínco“. Todo lo que humanamente se hace para salvar al desobediente, no surte efecto porque no lo dirige Dios. La obra de salvar, de redimir, de levantar, es divina. Se esforzaron para salvar al profeta rebelde pero no lo consiguieron. No hay brazo humano capaz de ayudar a un desobediente.
  • “Temieron aquellos hombres a Dios“. Dios se valió de las circunstancias para darse a conocer. Se convirtieron a pesar de Jonás. Lo que parecía negativo se tornó en bendición. Muchas veces, a pesar de nosotros, Dios realiza su obra. A pesar de Moisés salió agua de la roca.
  • “Pero Dios tenía preparado un pez“. Todos pensaron que el profeta había muerto. Satanás estaba muy feliz, pero el profeta iba a recibir otra oportunidad. Un pez grande se tragó al profeta. A pesar de nuestros pecados Dios nos da muchas oportunidades. El problema está en abusar de la misericordia del Señor. La desobediencia a Dios nos lleva a una degradación progresiva. Es importante enfatizar el hecho que el profeta, al desobedecer, fue degradándose, fue descen–diendo: Primero a la nave, luego a la bodega de la nave, luego al fondo del mar… La falta de fidelidad en un deber conocido nos lleva a faltar en otro y nos hace descender cada vez más a nivel espiritual.

III. EL NUEVO NACIMIENTO

  1. En esta situación el profeta reacciona, tal vez por todas las evidencias divinas que no se podían negar. Se da cuenta de su error y se vuelve a Dios. “Entonces oró Jonás a Jehová su Dios…“ (Jon. 2:1-10).
  • “Jonás reconoce su pecado“. Jonás reconoce sinceramente su pecado, y está dispuesto ahora a hacer la voluntad de Dios. La misericordia de Dios es incomprensible para nosotros. A pesar de que Jonás fue descendiendo hasta llegar a las profundidades del mar, Dios quiere restaurarlo.
  • “Vomitó a Jonás en tierra“. He aquí la segunda oportunidad para Jonás. Lo coloca en las mismas circunstancias en las que antes había desobedecido (lo vomitó en la costa, a unos 800 kilómetros de Nínive, a unos 40 días de camino a pie). Muchas veces, Dios nos coloca en las mismas circunstancias en las que estábamos antes de desobedecer para ver si somos fieles; desea darnos otra oportunidad para obedecerle y amarle.

2. La predicación de Jonás. “Y comenzó a entrar por la ciudad…“ (3:1-10).

  • En este capítulo se relata la obra exhortatiba del profeta, su ministerio fiel y la conversión de los ninivitas. ¡Qué victoria tan grande para Dios! ¡Qué gozo tan grande debiera sentir el profeta!
  • Cuando emprendemos con fe y tesón el deber que Dios nos ha encomendado, él nos bendice. Nunca, por otro lado, debemos entender que hay casos desesperados, como los ninivitas. Visto de lejos parecía que no tenían esperanza.
  • ¡Qué triste es que por nuestra culpa muchas personas no escuchen el mensaje del juicio y de la justificación por la fe! Pero qué maravilloso que será, si hemos cumplido con nuestra misión fielmente, cuando estemos en el cielo y nos encontremos con aquellas personas a las que apercibimos y ayudamos a conocer a Jesús.

3. Pero el profeta, por desgracia, se disgusta en vez de alegrarse por la conversión de aquellas almas. “Pero Jonás se disgustó en extremo“ (Jon. 4:1-11).

  • “Jonás ora a Dios“. Ahora, el profeta, justifica su actitud pasada. Muchas veces hacemos lo mismo que el profeta, nos justificamos. Adán y Eva se justificaron. David confesó humildemente su falta y reconoció su pecado. ¿Qué actitud normalmente adoptamos en nuestra vida cuando hemos cometido alguna falta?
  • “Jonás pide que Dios le quite la vida“. Jonás demuestra temer más a la opinión de los ninivitas que al amor expresado por Dios. El pensaba que la gente lo iba a considerar un falso profeta, porque después de los cuarenta días Nínive no fue destruida, pero fue debido al arrepentimiento. Esto le llevó a un estado depresivo en vez de alegrarse. Hubiera preferido que fueran destruidos todos y así su palabra hubiera sido validada.
  • También el cristiano, en su misión, experimentará estados depresivos, sentimientos engañosos, mejor es que nos dejemos llevar por el deber, por un “así dice el Señor“ y dejarle a él las consecuencias.

4. La piedad de Dios es grande aun por aquellos que han pecado. “¿Y no tendré yo piedad…?“ Mediante el hecho de secar la calabacera, Dios quería darle una lección a Jonás. “¿Haces tú bien en enojarte tanto?“ (vr. 4). Dios quiere mostrar a Jonás su egoísmo y falta de amor: Lo preservó de morir ahogado, lo salvó en el vientre del gran pez, le dio una segunda oportunidad. El hermano del hijo pródigo se enoja con su Padre porque recibe con amor a su hermano y lo trata como si nunca se hubiese ido de la casa (Luc. 15:28-32). A través del perdón ofrecido a los ninivitas, Dios muestra su carácter, lleno de amor y misericordia.

  • Ese amor ha sido manifestado en toda su potencialidad en la cruz del Calvario. Jonás tenía que nacer de nuevo, cambiar sus conceptos acerca de Dios y convertirse.

CONCLUSIÓN

  1. Jonás recibe una comisión divina pero rehusa cumplir con su deber y huye de la presencia de Dios. Dios usa las fuerzas de la naturaleza para hacerle regresar, le perdona la vida y le da una nueva oportunidad.
  2. Jonás predica a los ninivitas y se arrepienten. Jonás no se alegra del arrepentimiento de aquella nación y llega a pedir a Dios la muerte. Dios le ilustra, a través de una calabacera, una lección de cómo es su carácter.
  3. Nosotros hemos recibido una comisión divina de parte de Dios. ¿Le obedeceremos? El triple mensaje angélico debe ser dado al mundo. ¿Lo proclamaremos? ¿Tenemos ideas, conceptos, actitudes equivocadas? ¿Necesitamos cambiar en algo? ¿En qué sentido nos parecemos a Jonás?
  4. Que el Señor nos ayude a nacer de nuevo y a trabajar por las almas que él vino a rescatar. Que el Señor nos ayude a decir con el apóstol Pablo: “Si alguno está en Cristo nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas“ 2 Cor. 5:17). Amén.

© José V. Giner