SEMILLERO DE ESPERANZA

35. HAZ LO BUENO

Objetivos:

  1. Entender que “bueno“ es sólo Dios y por lo tanto que de Él dimana la bondad que todo ser humano debiera imitar en su vida.
  2. Saber que después del pecado, hacer lo bueno no es algo natural del ser humano.
  3. Ser conscientes que sólo con la ayuda del Espíritu Santo podremos escoger lo bueno y rechazar lo malo.
  4. Comprender que la obediencia a los Diez Mandamientos es la clave para hacer el bien, porque la Ley de Dios es santa, justa y buena y reflejo del carácter divino.

Introd.

  1. Querido joven, cuando Dios creo este mundo y todo lo que hay en él, lo calificó de “bueno“ y al ser humano de “bueno en gran manera“.
  2. Cuando Adán y Eva fueron colocados en el paraíso terrenal, actuaban de tal manera que agradaban a su Creador, todo lo que hacían era bueno y por tanto se sentían completamente felices.
  3. “Hacer lo bueno“ era estar en armonía con la Ley de su Hacedor. De hecho, recibieron la advertencia de que, si llegaban a quebrantarla, quedarían destituidos de la presencia de Dios y morirían (Gén. 2:17).
  4. Hacer lo bueno produce felicidad, así nos ha creado Dios. Lo bueno es aquello que tiene bondad, que es agradable, gustoso, apetecible, útil…

I. LA ATRACCION DE LO BUENO

  1. Cuando nuestra mente funciona con normalidad solemos sentir atracción por lo bueno de la vida: Si tenemos delante de nosotros una fruta fresca y buena y otra podrida, no escogemos la mala, escogemos la buena.
  2. Si nos dan a escoger, todos queremos tener una buena casa, un buen auto, buenas mascotas, buena salud… Si alguien nos pregunta si queremos ser buenos o malos, ¿qué respondemos en general? ¡Buenos!
  3. Todos quieren tener un buen día, un buen amigo… A nadie le encanta tener un mal amigo. Todos escogen tener una buena forma física, un buen sueño o reposar, buenas experiencias. Si nos dan a elegir nadie elige tener un mal carácter. Si nos preguntan si queremos tener una buena inteligencia o una mala, elegimos la buena.

II. DESVIRTUACION DE LO BUENO EN LA HISTORIA

  1. El problema es que, por causa del pecado, nosotros los humanos confundimos lo bueno con lo malo, especialmente en el ámbito espiritual y fácilmente podemos llegar a creer que algo malo es bueno o que algo bueno es malo. Es decir, que podemos desvirtuar lo real y etiquetar las cosas que hacemos o que nos rodean, de forma inconveniente. Podemos entender que una persona nos conviene como amigo y sin embargo ser inapropiada y dañina esa amistad.
  2. Podemos percibir que alguien nos conviene como novio o novia para casarnos y ser una elección fatídica. Creer que tenemos la razón y estar equivocados. Bueno, en lo más obvio y elemental, como escoger tener salud, por ejemplo, es normal que la mayoría se decante por estar bien, aunque lo que fallaría sería el camino que escogemos para lograrlo; muchas de las prácticas que se realizan a nivel dietético y hábitos de vida, son del todo inconvenientes y nos enferman.
  3. De una manera u otra, la percepción de lo bueno y malo, se ha ido desdibujando en la moral humana, debido al derrumbamiento de la fe bíblica en nuestros países occidentalizados.
  4. Si no fuera así, no aparecería la siguiente advertencia bíblica: “¡Qué aflicción para los que dicen que lo malo es bueno y lo bueno es malo,
    que la oscuridad es luz y la luz es oscuridad, lo amargo es dulce y lo dulce es amargo! ¡Qué aflicción para los que se creen sabios en su propia opinión  y se consideran muy inteligentes!“ (Isa. 5:20-21). (NTV).
  5. Para los que defienden la tesis de que el humano es bueno por naturaleza y que su tendencia es elegir lo bueno, se equivocan, como lo demuestra la historia. Por ejemplo, cuando Rebeca, la madre de Jacob, le aconsejó a su hijo que engañase a su padre haciéndose pasar por su hermano Esaú, pensaba que estaba haciendo lo bueno, pero era lo más malo que hubiera podido aconsejar a su hijo.
  6. Cuando la suegra de Rebeca, Sara, aconsejó a su marido Abraham que se acostara con su sierva Agar para suscitar descendencia, pensaba que estaba haciendo algo bueno, pero le dio el peor consejo que le hubiera podido dar y se demuestra viendo las consecuencias en el tiempo.
  7. Cuando fue despreciado David por Nabal, esposo de Abigail, se armó y con sus hombres se dirigía a matar a Nabal y a toda su familia y siervos. David pensaba que esto era bueno, porque él se había portado bien con Nabal.
  8. En su mente entendió que vengarse era algo lícito y fue a buscar a quien le había tratado tan mal. Pero la esposa de Nabal, Abigail actuó con presteza y advirtió a David de que no hiciera eso: “Así pues, cuando el Señor haga realidad todo lo bueno que ha anunciado respecto a usted, y lo nombre jefe de Israel, no tendrá usted el pesar ni el remordimiento de haber derramado sangre inocente ni de haberse hecho justicia por su propia mano. Y cuando el Señor le dé a usted prosperidad, acuérdese de esta servidora suya“ (1 Sam. 25:30-31).
  9. Para Saúl, consultar a la pitonisa, fue algo bueno, pero se puso en la boca del león y el diablo actuó hasta llevarlo al suicidio. ¿Por qué hizo esto Saúl si tenía suficientes evidencias de que era una práctica prohibida por Dios y que él mismo había condenado? Sencillamente se alejó de la fuente de la bondad, es decir Dios y su mente quedó anublada por una confusión profunda.

III. LA DESVIRTUACION DE LA BUENO HOY

  1. Han pasado muchos años desde que se cerrara este capítulo de la historia y los otros mencionados. Si esta falta de percepción se daba entre los hijos de Dios, imagínate, querido joven, lo fácil que es para alguien que no está conectado con Dios, confundir lo bueno con lo malo; o simplemente no tener la fuerza para escoger lo bueno.
  2. En EEUU matar a una persona que entra en tu propiedad y te sientes amenazado, es algo bueno o por lo menos lícito; trabajar mucho para conseguir más dinero, aunque se agoten las fuerzas vitales y se enferme, se considera bueno; tender a agradar a todo el mundo se considera bueno, pero no lo es porque siempre existe la situación en que elegir la verdad producirá enemigos.
  3. Decir mentiras piadosas se considera bueno si con ello se busca hacer el bien al prójimo; servir como producto de calidad algo que no vale ni la tercera parte de su precio, para los comerciantes es bueno, pero no lo es para el comprador. Construir una casa muy bonita, pero usando malos materiales, para el constructor es bueno porque gana mucho dinero, pero para el que la compra es algo malo.
  4. ¿Quién quiere elegir un mal esposo o esposa? Pero son millones los que lo hacen. Podemos pensar que estamos haciendo lo bueno pero estar haciendo lo malo.
  5. La falta de decoro, el libertinaje sexual, las modas inmorales o que destruyen la salud de la mujer o del hombre, es bueno según el mundo, pero ¿lo es según Dios?
  6. Hitler entendió que era bueno eliminar a millones de personas para conseguir tener una Europa unida y gobernada por él, pero cometió uno de los peores genocidios de la historia.

IV. LA INVITACION DE JESUS

  1. En primer lugar, debemos entender que bueno es sólo Dios: “Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios“ (Mar. 10:18). (LBLA). No es que Jesús se considerase malo, sino que habló así al joven príncipe para hacerle reflexionar. Si sólo Dios es bueno y el joven llama “bueno“ a Cristo, ¿es porque lo consideraba el verdadero Mesías o Hijo de Dios? Debía responder en su mente a esta pregunta.
  2. Si sólo Dios es bueno, significa que, si queremos saber elegir siempre lo bueno, tendremos que acudir a Dios y tener comunión con Él, entonces nos dará su Espíritu Santo que nos enseñará a escoger lo bueno y a realizarlo tal y como se nos enseña en Filipenses 2:13.
  3. Antes de que Pablo aceptara a Cristo como su Salvador personal, era creyente, amaba a Dios… Él se calificaba como “irreprensible“. Perseguir y dar muerte a los cristianos era bueno para la causa judía, algo que Dios encomiaba. Pero al aceptar a Cristo, lo bueno apareció como malo y lo malo apareció como bueno. El Espíritu hace esta obra. No hay otro camino, querido joven.
  4. No es bueno ni prudente, basar nuestras decisiones de si algo es bueno o malo, dejándonos guiar por nuestros sentimientos, emociones, percepciones humanas, ni tradiciones, opiniones de otros, pensamiento de la mayoría, etc., puede que nos estemos equivocando.
  5. Recuerda, querido joven, que Samuel pensó que el hijo de Isaí, Eliab, era “ciertamente“ el ungido de Dios y se dispuso a ungirlo como futuro rey de Israel, ¿te acuerdas? Lo puedes ver en 1 Samuel 16:6. Pero Dios le dijo: “Te equivocas“. Lo que estaba considerando Samuel como algo bueno, no lo era, porque se basó en lo exterior y eso que era uno de los hombres más espirituales de su época, sacerdote, profeta y juez.
  6. Ya desde antiguo el mismo Dios instó a su pueblo a hacer lo bueno: Haz lo que es bueno y correcto a los ojos del Señor, para que te vaya bien en todo. Entonces entrarás en la buena tierra que el Señor juró dar a tus antepasados y la poseerás“ (Deut. 6:18). (NTV).
  7. Tal y como decíamos en la introducción del sermón, lo bueno está expresado en esta sentencia: La ley de Dios es santa, justa y buena (Rom. 7:12). Porque contempla el amor a Dios y al prójimo. Hacer el bien, no es sólo hacer buenas obras, es servir a Dios obedeciendo sus estatutos, su Ley.
  8. Y el apóstol Pablo nos insta: “En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconoci–miento. Mantengan su mente ocupada en eso“ (Fil. 4:8). (PDT).

CONCLUSION

  1. Si vamos a decidir algo, o pensamos en algo, o vamos a decir algo… Preguntémonos si es bueno o mal a los ojos de Dios y no a los ojos del mundo o según nuestra opinión.
  2. Habrá cosas que con sólo usar el sentido común o la lógica podremos decidir o discernir sin problemas. Pero en la mayoría de cosas trascendentales de la vida, vamos a necesitar la guía del Espíritu Santo para no confundir nuestras percepciones morales.
  3. Además, querido joven, hacer lo bueno te ayudará a experimentar la verdadera felicidad. Que Dios nos ayude para que así sea.

© José Vicente Giner