SEMILLERO DE ESPERANZA

33. AL LIMITE DE NUESTRAS FUERZAS

Objetivos:

  1. Saber que existen situaciones límites por las cuales tenemos que pasar.
  2. Entender que esas situaciones límites vienen para purificarnos o enseñarnos hermosas y valiosas lecciones de fe.
  3. Ser conscientes que cuando nos vemos en esas situaciones límites, sólo la ayuda de Cristo es eficaz para ayudarnos a vencerlas.

Introd.

  1. Todos los seres humanos pasamos por situaciones en las que nuestras fuerzas llegan al límite.
  2. La gente que no tiene fe, recurre a su sabiduría personal, sus propios recursos, su experiencia, pero son pocos los que logran superar esas situaciones extremas. ¿Por qué? Porque una situación límite es una «situación extraordinaria, inusual, en la cual las medidas habituales no permiten resolverla».
  3. Un ejemplo: Alguien va por la calle andando y de pronto le atropella un coche que le destroza las piernas y una se la amputan. ¿Qué puede hacer? Nada. Una amiga nuestra nos contó que su hija de ocho años salió a pasear con su hermanito y la atropelló un coche matándola. ¿Qué puede hacer? Nada.
  4. Lo peor es que en estas situaciones hay gente que decide quitarse la vida, por entender que no tiene una salida. Recuerdo el caso de un fotógrafo muy famoso que yo conocí personalmente, que se quitó la vida por una depresión profunda y yo vi el cuerpo en el suelo de su casa. En aquel entonces yo trabajaba en los juzgados y fue una experiencia que no olvidaré.
  5. Pero en una experiencia que nos lleva al límite de nuestras fuerzas en la vida de fe, hay algo que sí podemos hacer.

I. PROBADOS HASTA EL LIMITE

  1. Las situaciones que nos llevan al límite de nuestras fuerzas humanas, van a llegar seguramente a la vida de todos nosotros. No tienen por qué ser iguales, pero el común denominador es que prueban nuestra fe hasta lo sumo y es algo que Dios permite por nuestro bien: “Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego“ (1 Ped. 1:7). (DHH).
  2. “La fe de ustedes es como el oro que tiene que probarse por medio del fuego. Así también su fe, que vale mucho más que el oro, tiene que probarse por medio de los problemas y, si es aprobada, recibirá gloria y honor cuando Jesucristo aparezca“ (1 Ped. 1:7). (Nueva Biblia Viva).
  3. Hay un objetivo divino cuando nuestras fuerzas están al límite: Crecer espiritualmente y de esa forma ser recompensados cuando Cristo venga y nos otorgue la vida eterna.
  4. Job se vio de pronto, sin pensarlo, en el límite de sus fuerzas. Todas las áreas de su vida fueron afectadas por el diablo, prácticamente lo perdió todo, todo: Su familia, sus amigos, su influencia social, su hacienda, su salud. Este es un caso claro de verse al límite de las propias fuerzas. En esta situación dijo: “Mi alma, pues, escoge la asfixia, la muerte, en lugar de mis dolores“ (Job 7:15). (LBLA).
  5. El gran Elías, cuando fue amenazado de muerte por la reina Jezabel, se escondió y sintió que su caso era desesperado y que había llegado al límite de sus fuerzas: “Después se sentó debajo de un arbusto, y estaba tan triste que se quería morir. Le decía a Dios: «¡Dios, ya no aguanto más! Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados»“ (1 Rey. 19:3). (TLA).
  6. Pedro negó a su Maestro tres veces como le había profetizado Cristo y después de esto, dice el Espíritu de Profecía: “En el mismo lugar donde Jesús había derramado su alma agonizante ante su Padre, cayó Pedro sobre su rostro y deseó morir“ (El Deseago de Todas las Gentes, 660).
  7. Todas estas son situaciones límite, estas personas experimentaron lo que es estar al límite de sus fuerzas. Hemos dicho que una situación límite es una «Situación extraordinaria, inusual, en la cual las medidas habituales no permiten resolverla».

 

II. DECISIONES QUE CAMBIAN LA VIDA

  1. Estos y otros personajes, como Moisés o Jeremías, experimentaron esta angustia… Pero no debemos olvidar que ante las situaciones limites el ser humano tiene que tomar una decisión vital.
  2. Hay quienes se dejan llevar y no hacen nada por salir de ese hoyo, como Judas, que se vio al límite de sus fuerzas, porque pensaba que, con su decisión de entregar a su Maestro, estaba haciendo un gran favor a la causa, aparte de aumentar sus ganancias. De pronto se dio cuenta que había hecho algo terrible, le aterrorizó la visión del castigo eterno, tocó fondo y se sintió al límite de sus fuerzas. Pero en vez de buscar una salida en Cristo, fue y se quitó la vida. Saúl pasó por una experiencia límite y en vez de buscar solución en Dios, se quitó la vida.
  3. Sin embargo, Job, Elías y Pedro, actuaron de forma diferente. Tomemos un ejemplo para ilustrar lo que hicieron.
  4. Cuando una persona naufraga en el mar, tiene dos opciones: La de rendirse y dejarse ahogar, o la de esperar a ver si encuentra algo a lo que aferrarse. Cuando ve un tronco se abraza a él con todas sus fuerzas. Mi pregunta es: ¿Es que la persona comenzará a decir qué clase de madera es esta? ¿Cuántos años tiene de antigüedad? ¿De dónde procede?
  5. No, simplemente se aferrará a ella y descansará con la confianza de que alguien lo encuentre. Lo importante es que tiene un leño que flota y que hay esperanza porque ya no se hunde en el mar. La situación es límite, pero algo que procede de afuera, que no depende del naufrago, aparece y se convierte en una posible salida o solución.
  6. Tomemos el caso de Pedro; su situación era límite, había llegado a experimentar una angustia profunda. Su caso parecía desesperado, sin salida, como el de Judas; pero se aferró a la idea que en Cristo podía encontrar lo que necesitaba. En su mar proceloso, vio en la mirada de Cristo perdón y obtuvo la seguridad de su restauración.
  7. No se basó en su desesperación por haber fallado, no se centró en que había sido un vil pecador, que merecía morir y que no podía seguir viviendo con esa culpa tan grande. No. Se aferró a lo que el Maestro podía hacer por él. La cruz del Calvario fue su salvavidas. Se arrepintió y dejó en las manos de Jesús su vida, era lo único que podía hacer.
  8. “Antes de su caída, Pedro había tenido la costumbre de hablar inadver–tidamente, bajo el impulso del momento. Siempre estaba listo para corregir a los demás, para expresar su opinión, antes de tener una comprensión clara de sí mismo o de lo que tenía que decir. Pero el Pedro convertido era muy diferente… Ya no era impetuoso, confiado en sí mismo, ni vanidoso, sino sereno, dueño de sí y dócil… La manera en que el Salvador trató a Pedro encerraba una lección para él y sus hermanos. Les enseñó a tratar al transgresor con paciencia, simpatía y amor perdonador. Aunque Pedro había negado a su Señor, el amor de Jesús hacia él no vaciló nunca… Recordando su propia debilidad y fracaso, Pedro debía tratar con su rebaño tan tiernamente como Cristo le había tratado a él“ (El Deseado de Todas las Gentes, 753).

Conclusión

  1. “En realidad no hay nada más invencible, aunque parezca totalmente desamparada, que la persona que acepta su incapacidad y confía totalmente en los méritos del Salvador. Dios enviaría en su ayuda a todos los ángeles del cielo en lugar de permitir que sea vencida“ (Testimonios para la Iglesia, tomo 7, pág. 20).
  2. “Todas las fuerzas Satánicas juntas no tienen poder para vencer a un alma que con fe sencilla se apoya en Cristo” (Palabras de Vida del Gran Maestro, 108).
  3. “Dios no nos pide que hagamos con nuestra propia fuerza la obra que nos espera. Él ha provisto ayuda divina para todas las emergencias (si–tuaciones límite) a las cuales no puedan hacer frente nuestros recur–sos humanos. Da el Espíritu Santo para ayudarnos en toda dificultad, para fortalecer nuestra esperanza y seguridad, para iluminar nuestra mente y purificar nuestro corazón“ (Testimonios para la Iglesia, Tomo 8, 26).
  4. Que el Señor nos ayude a comprender este tema y a tener la convicción de que en cada situación en la que nuestras fuerzas están al límite, si ejercemos fe en el poder de Dios y confiamos en Él, proveerá para darnos una salida porque ya tiene un plan trazado para nosotros antes que nos venga la prueba. Este es mi deseo y oración. Amén.

© José Vicente Giner