SEMILLEROS DE ESPERANZA

MIRA Y VIVE

Objetivos:

  1. Entender que a todos nos van a llegar situaciones difíciles y que tendremos que tomar una decisión: A favor o en contra de Cristo.
  2. Ser conscientes de que no hay circunstancia, por difícil que parezca, que en Cristo no pueda ser superada.
  3. Recibir el mensaje alentador de que aquellos que no resistieron y cayeron bajo el peso de la prueba, tienen esperanza de ser restaurados.

Introd.

  1. Existen situaciones que ponen a prueba nuestra fe y que al vivirlas se revela la clase de carácter que tenemos cada uno de nosotros.
  2. No es que las circunstancias nos hagan cambiar y obliguen a que seamos diferentes, sino que ellas ponen de manifiesto la clase de material que tenemos por dentro.

I. SITUACIONES QUE NOS PRUEBAN

  1. Se ha visto en muchas ocasiones, que cuando los creyentes nos vemos confrontados por serias dificultades, muchos se desaniman en la vida de fe y abandonan.
  2. Puede ser una enfermedad crónica, un accidente, una calamidad, críticas, persecución u otras causas. Viéndose envueltos, de pronto, en estas circunstancias y habiendo pedido a Dios que les ayudase, al no recibir respuesta como ellos esperaban, se desaniman y le dan la espalda a Dios.
  3. Un hermano muy fiel, que conocí hace años, siempre estaba hablando de la importancia de servir a Dios con integridad… Por desgracia era bastante duro con los débiles de la iglesia y no transigía para nada ni con las más pequeñas faltas de los demás. Pero un día tuvo un accidente que le provocó la rotura de sus caderas. Tuvo que ser hospitalizado inmediatamente e intervenido quirúrgicamente. Estando en esta situación le visité y lo vi completamente hundido, muy desanimado y lleno de amargura. Me comentó que estaba perdiendo la fe porque no entendía que Dios hubiera permitido lo que le pasó porque él había servido al Señor siempre con fidelidad.
  4. Me quedé sorprendido porque el hermano estaba tan desanimado que ni siquiera deseaba leer la Biblia ni orar. Las circunstancias habían puesto de relieve el verdadero hombre que era y no aquel que pensaba ser.
  5. “El Señor nos coloca en diferentes posiciones a fin de desarrollarnos. Si poseemos defectos de carácter de los que no nos apercibimos, él nos somete a disciplina, que traerá esos defectos a nuestro conocimiento, para que podamos vencerlos. Es su providencia la que nos lleva aenfrentar diversas circunstancias. En cada nueva situación, enfrentamos diferentes tipos de tentaciones. Cuántasveces, al vernos en cierta situación comprometida, pensamos ‘Es una gran equivocación. Lo que dar!a por haber  permanecido en la anterior situación‘ pero ¿cuál es la razón de que no se siente satisfecho? Es porque las nuevas circunstancias han servido para traer a su noticia nuevos defectos del carácter; pero no se ha revelado nada que no existiera en usted“ (Review and Herald, 6 de agosto de 1889).

II. UN PUEBLO INFIEL

  1. Israel no había entendido el amor de Dios y se habían fabricado una fe muy particular, que no tenía nada que ver con el verdadero fervor espiritual basado en principios. Para ellos la fe era el resultado de aquello que podían experimentar, ver, tocar con sus manos… Si no había manifestación divina, la fe se neutralizaba.
  2. En realidad, no habían entendido que la fe se desarrolla cuando se cree sin ver: “Pues vivimos por la fe y no por lo que vemos“  (2 Cor. 5:7). (PDT).
  3. Esa es la tendencia natural del ser humano, creer porque ve y por eso Jesús enseñó: “ ¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto“ (Jn. 20:29). (DHH).
  4. Dios permitió que Israel fuera colocado en circunstancias donde la fe tuviera que hacer su obra, pero en vez de ejercerla, se dedicaron a fomentar la incredulidad, la crítica y el descontento. Sólo cuando nos vemos frente a montañas de problemas es cuando sabemos realmente quiénes somos.
  5. La fe no es para cuando todo va bien solamente, sino para cuando se agitan las terribles olas del mar de la vida. Cuando todo va bien es fácil ser cristianos, el problema es cuando nos sacuden las dificultades.
  6. Cuando Israel estuvo frente al mar Rojo, cuando deambuló por el desierto, cuando se enfrentó a tribus enemigas, cuando les faltó el agua y otras ocasiones, era la fe genuina en las promesas divinas la que debía impulsar el alma a creer y confiar. Por la fe hicieron proezas. Pero la falta de fe les hundió en el desánimo y por último en el pecado.
  7. Eran tantas las quejas, murmuraciones y críticas de Israel contra Dios y el hombre que Él había escogido para liberarles, que surgió en el pueblo un problema muy serio: Unas serpientes ardientes o venenosas que mordían a la gente y muchos murieron (Núm. 21:4-7).
  8. La situación se desbordó y el descontento de Israel se tornó en deses–peración, dolor y muerte. ¡Qué bueno sería no llegar a estos extremos! ¿Por qué perder el dominio cuando sabemos que Dios dirige la pequeña embarcación de nuestra vida? ¿Por qué desesperar cuando por la fe sabemos que la tormenta de nuestro mar de Galilea está bajo el control de Aquel que está con nosotros en la barca?

III. EL ANTIDOTO DIVINO

  1. Sería extraordinario, y puede ser así si queremos, que cada creyente que ha confesado su fe en Jesús y que ha hecho su pacto de amor con Él a través del bautismo, se mantuviera firme e inamovible en cada prueba de fe, fijos los ojos en Jesús.
  2. Cuando aprendemos a vivir unidos a Cristo, como los pámpanos están uni–dos a la vid, entonces damos frutos, es decir, que no importa en que situación nos encontremos, aunque sea mala, permanecemos firmes, sin perder el norte espiritual.
  3. Esa es la señal de la verdadera fe, de aquellos que viven unidos al Señor y trabajan por las almas. “La definición de esta fe en Jesucristo se puede hacer con pocas palabras: es el acto del alma por medio del cual todo el hombre se entrega a la guarda y el control de Jesucristo“ (Mente, Carácter y Persona–lidad, Tomo 2, 89).
  4. La circunstancia adversa no mueve al creyente fiel, sino que lo hace más firme y decidido. Recordemos el caso de José cuando fue tentado por aquella perversa mujer que le propuso pecar con ella. Esa circunstancia tan delicada y poderosa, no logró apartar al joven de sus principios. ¿Por qué? Porque estaba acostumbrado a moverse por fe y no por vista.
  5. Las circunstancias adversas de Job no le llevaron a abandonarse en los brazos del enemigo, más bien lo confirmaron en la fe. Sabía por experiencia personal que Dios no abandona a sus hijos cuando más lo necesitan: “Aunque él me mate, me mantendré firme…“ (Job 13:15). (DHH).
  6. Pero considerando que no todos los creyentes reaccionan igual cuando se ven anegados por el agua de la prueba, también Dios ha provisto un medio de restauración, un antídoto a la mordedura de la serpiente antigua, el diablo.
  7. Los israelitas fueron a decirle a Moisés que habían pecado contra él y contra Dios y que les ayudase, es decir que intercediera por ellos para que las serpientes venenosas no siguieran diezmando el pueblo. Recién aquí se dan cuenta que si hay alguien capaz de ayudarles en esta situación es Dios.
  8. Ellos tenían que entender que algo iba mal en sus vidas, que no estaban actuando bien y que su carácter distaba mucho de ser aquel que Dios requería. Para eso las serpientes estaban ahí: “Las pruebas de la vida son los instrumentos de Dios para eliminar de nuestro carácter toda impureza y tosquedad“ (Discurso Maestro de Jesucristo, 15).
  9. El Señor escuchó la oración intercesora de Moisés y le ordenó que hiciera algo: “Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía“ (Núm. 21:9). (RVR1960).
  10. La serpiente de bronce era un símbolo de Cristo, ese Cristo que iba a ser colocado un día sobre el madero para que todo aquel que lo viera con fe pudiera vivir.
  11. No hay otro camino para la restauración: Volver a Cristo, caer postrados a sus pies y rogar que nos perdone por no haber confiado en él cuando las cosas iban mal. No hay otra forma: Mirar a Cristo y vivir. Todos podemos cometer fallos y caer bajo la presión de la prueba, pero hay un camino establecido para el levantamiento y es mirar y vivir.

CONCLUSION

  1. En la vida nos van a llegar situaciones complicadas que probarán nuestra fe. Sólo cuando somos puestos sobre la parrilla calentada al máximo es que se puede ver quiénes somos a nivel espiritual y no lo que nosotros decimos ser.
  2. De cómo reaccionemos, así nos irá. Yo conozco personas que han sido oprimidas sobre la piedra de esmeril, y han soportado por la gracia de Dios la prueba sin perder la fe. Pero para aquellos que tropiezan y caen hay un mensaje de esperanza: Mirar y vivir.
  3. En los dos casos, la fe es determinante para resistir en el día malo. En el primer caso para soportar la prueba, en el segundo para levantarse después de haber sido abatido por la prueba. En Cristo siempre encontramos la gracia necesaria que nos justifica y santifica: “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consu–mador de la fe…“ (Heb. 12:1-2). (RVR1960).
  4. “La fe significa confiar en Dios, creer que nos ama y sabe mejor qué es lo que no conviene. Por eso nos induce a escoger su camino en lugar del nuestro. En vez de nuestra ignorancia, acepta su sabiduría; en vez de nuestra debilidad, su fuerza; en vez de nuestra pecaminosidad, su justicia. Nuestra vida, nosotros mismos, ya somos suyos; la fe reconoce su derecho de propiedad, y acepta su bendición. La verdad, la justicia y la pureza han sido señaladas como los secretos del éxito en la vida. Es la fe la que nos pone en posesión de estos principios“ (La Educación, 253).
  5. Que el Señor nos bendiga a todos y que podamos ser leales representantes de su amor, aun en las peores circunstancias. Es mi deseo y oración. Amén.

© José V. Giner