Objetivos:

  1. Entender que la influencia del mundo es un peligro para el joven.
  2. Saber que el pecado tiene en sí mismo un poder de atracción casi irresistible si uno no vive unido a Cristo.
  3. Conocer qué es la iglesia para los jóvenes.
  4. Animar a cada joven a ser una luz en su iglesia y un ejemplo para los demás.

Introd.

  1. No cabe la menor duda que uno de los problemas más graves que enfrentan los jóvenes de hoy día en general, es la desorientación religiosa.
  2. Nuestras sociedades están cada vez más secularizadas y por tanto descristianizadas. La fe se está convirtiendo en una “especie en extinción”, porque no está de moda, se ve como algo anticuado, perteneciente al pasado, especialmente por considerarla restrictiva, contra natura, algo que atenta contra la felicidad del ser humano porque pone límites.

I. UNA SOCIEDAD SECULARIZADA

  1. Si buscáramos una palabra que definiera a nuestra sociedad actual, la más idónea sería: Materialista.
  2. Hoy, la ciencia ha desplazado a la fe y todo se mira con el microscopio del laboratorio; si no se puede medir, comprobar, demostrar científicamente, se descarta. Nunca antes los jóvenes habían estado sometidos a una prueba de esta naturaleza.
  3. Por otro lado, tal y como decíamos, al vivir en una sociedad de consumo, que provee tecnología al alcance de todos; al estar rodeados de tantos atractivos que absorben la atención casi obsesivamente, no hay tiempo para el espíritu, la transgresión es la tónica dominante. Porque la transgresión es atractiva, es poderosa, se pasa bien pecando, dicen.
  4. Yo recuerdo en mi infancia y juventud que la sociedad secular le daba mucha importancia a los valores cristianos; las autoridades gubernamentales sabían que de una aplicación de estos principios, dependía el orden y el progreso del país.
  5. Exceptuando fanatismos, el mensaje del Evangelio siempre fue apreciado en occidente y muchas sociedades y países progresaron porque le dieron acogida en sus legislaciones e idearios.
  6. La época de la Reforma en Europa, fue una edad de oro para la fe. Lutero quería que se verificaran cambios en la iglesia y transformó el mundo. El resultado de su celo hizo posible que el individuo usara su conciencia iluminada por la palabra de Dios y sus aportaciones fueron tan extraordinarias que afectaron a nivel religioso, educativo, social y político a las sociedades que abrazaron los principios de la Reforma.

II. LA OBRA DEL ENEMIGO

  1. El problema es que el enemigo ha buscado la manera de opacar el mensaje de Cristo, ya no con espada, guillotina y hoguera, sino inventando mil y un placer, atracciones y distracciones que llevan al joven a ser absorbido y envuelto por todo ello. Aun los jóvenes de la iglesia están sometidos a esa presión que ejerce el mundo y es difícil abstraerse de ella.
  2. ¿Cuál es el resultado? No hay tiempo para la fe, no interesa, es más atractivo el mundo con sus luces y colores. Son tantos los incentivos que el joven recibe cada día en los medios de comunicación o por la influencia de su entorno, que el interés por el mensaje del Evangelio se muere.
  3. El diablo tentó a Jesús con los reinos de este mundo y todo lo que estos ofrecían, pero Jesús le rechazó porque permanecía unido al Padre, en íntima comunión.
  4. Esto es lo único que puede salvar a cada joven de caer en el engaño de las atracciones de este mundo y de perder sus raíces. Juan dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Jn. 2:15-16). (RVR1960).
  5. El joven que le pidió a su padre la parte de su herencia para después irse de casa y zambullirse de lleno en los placeres del mundo, representa a cada joven que decide romper su relación con Dios y lanzarse en los brazos del enemigo.
  6. Si leemos la parábola, veremos cuál fue el desenlace de su experiencia. De poseer cierto capital que le permitía vivir en abundancia, terminó cuidando cerdos, andrajoso y con un hambre atroz.
  7. ¿No ocurre así, querido joven, cuando dilapidamos nuestra herencia divina? Pudiendo vivir en el gozo de la comunión con el Padre, pasamos a ser las personas más miserables de la tierra.
  8. He visto jóvenes arruinados por las drogas, el sexo ilícito, la delincuencia, la violencia, en definitiva el olvido de Dios. Este es el destino que espera al que camina por el camino ancho, no hay nada más que degradación, soledad, angustia, miedo, infelicidad al final de la senda mundanal y lo peor de todo, querido joven, se riesga de perder la salvación eterna (Mat. 7:13).
  9. Las luces de este mundo, sus músicas y ruidos atraen de forma poderosa a todos. Pero ¿por qué arriesgar la vida eterna por unas horas o tal vez unos pocos años de placer? Nadie pone la mano en el fuego para probar si quema o no, ya se sabe porque otros lo hicieron. ¿Por qué colocar la vida en el altar de las pasiones si sabemos que la gente que hace esto se quema?
  10. Es tan poderosa la atracción del mundo que la gente prefiere quemarse pero hacer la experiencia de probar. Probar esto, probar lo otro… Lo prohibido es hipnótico, pero te envuelve con sus brazos y aprieta hasta que te mata, tal y como hace la serpiente constrictor.
  11. La Palabra nos enseña que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios (Stg. 4:4). ¿Por qué no podemos disfrutar de las cosas que nos ofrece este mundo? Hay que entender que en este mundo hay cosas buenas y también malas.
  12. El problema es que la tendencia humana es la de buscar el pecado y sentirse bien con él. Por naturaleza nos gusta revolcarnos en el barro de lo prohibido, sólo el Espíritu Santo nos puede despertar de ese letargo y mostrarnos los peligros de hacer esto. Basta que le digas a un niño que una cosa no se hace para que busque hacerlo más.
  13. ¿Por qué arriesgar, querido joven, a romper tu comunión con Dios? Jugar con el pecado es muy peligroso. Es imposible entrar en una mina de carbón con un vestido blanco y no ensuciarlo.

III. BENDICIONES PREPRADAS PARA TI

  1. ¿Tiene Dios algún plan para ayudar a cada joven a ser fiel? ¿Incluye este plan también a los adultos?
  2. Sí, ese plan es su iglesia. Después de la familia, la iglesia es su fortaleza de refugio, donde cada uno que ingresa encuentra la paz de Cristo en su corazón. Es el medio ideal para aprender a crecer, donde se recibe instrucción, enseñanza y admonición; en la iglesia el joven encuentra las palabras adecuadas que hacen bien a su alma.
  3. Es cierto que el primer lugar donde aprende el joven a crecer y entregarse a cristo es la familia, el hogar. Allí es donde se aprende a dar los primeros pasos en la vida de la fe. Si los padres no cumplen con su misión de instruir al niño en su carrera, difícilmente este llegará a la meta.
  4. Considerando que en el hogar se cumplió la misión de educar al niño en la vida cristiana por ejemplo y por precepto. La iglesia debe reforzar este esfuerzo parental de encauzar al niño en el conocimiento práctico del Evangelio.
  5. En la iglesia se haya el amor de los hermanos, la solicitud de los más espirituales, la comprensión y el apoyo necesarios para ser estimulados en la lucha cristiana. Al menos eso es lo que debiera encontrarse; una iglesia que no provea estas cosas, no está cumpliendo su misión.
  6. Son muchos los jóvenes que pueden ser salvados si la iglesia les tiende la mano, si les apoya y sigue con interés su crecimiento espiritual. En la iglesia se hacen experiencias de fe muy hermosas que al compartirlas edifican a los oyentes.
  7. Es cierto que uno tiene que crecer independientemente si la iglesia lo apoya o no, pero no todos tienen la fuerza para vivir su fe independientes de los demás, o resistir los embates del enemigo en un ambiente eclesial donde hay conflictos y dificultades.
  8. A veces se escucha el argumento en aquellas iglesias que están llenas de problemas, donde no reina la paz, la discordia es el pan cotidiano y los hermanos no se aman: “No hay que mirar a la persona, mira a Jesús”.
  9. Es correcto, pero si un joven o un adulto asiste a una iglesia donde se respira un ambiente hostil, donde no se encuentra el espíritu de Cristo, sino pura humanidad sin conexión con el cielo, al final esto desanima a cualquiera.
  10. Los que decimos ser cristianos, o seguidores de Cristo, debemos rebelar su carácter en nuestra vida. La coherencia debe ser algo evidente, si el Señor vive en nosotros, mostraremos sus obras, porque el Espíritu Santo las producirá. No podemos abstraernos de esta realidad. Quien asiste a la iglesia espera ver el Espíritu de Dios revelado en su gente.
  11. Ocurre a veces que el ambiente donde asiste el joven a reunirse con sus hermanos, como ya se ha dicho, está enrarecido y no se respira una atmósfera cristiana, ¿qué se puede hacer? Lo que hizo José. A pesar que sus hermanos lo maltrataron y odiaron, él tomó la resolución de confirmar su fe y entregarse a Dios pasara lo que pasara.
  12. Y cuando alineamos nuestra vida con la de Jesús, las cosas comienzan a ir mejor, mi conversión afecta a los que me rodean; un alma convertida puede hacer un bien incalculable por los demás porque tiene el poder de Dios en su vida. Y es allí donde cada joven debe comprometerse a ser un creyente convertido y cumplir con la misión que Dios le ha dado.
  13. La iglesia de Cristo tiene un papel importante en este mundo de oscuridad y es la de llevar la luz del Evangelio a las almas que perecen en sus pecados (Mat. 5:14). Ojalá que cada joven tome a pecho este cometido y que comience a disfrutar de las muchas bendiciones y privilegios que ofrece el Señor Jesús a quienes le aman (Mat. 19:29). Nada, pero nada en este mundo, te producirá mayor placer y felicidad que ser un servidor de Dios.

Conclusión

  1. Querido joven, servir a Cristo, ser su amigo y confiar completamente en Él, jamás te producirá daño alguno; al contrario, sólo te traerá bendición y vida abundante. Mira a los más grandes hombres y mujeres de la historia, debieron su éxito a su relación con Dios.
  2. Pablo estaba tan unido a Cristo que con una convicción profunda pudo decir: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Fil. 1:21). ¿Es Cristo para ti tu vida?
  3. El tiempo de gracia está por concluir y pronto las puertas del arca se cerrarán, como en el tiempo de Noé. ¿Quién entrará? Querido joven, ten ánimo y dale tu corazón a Jesús, es el Artesano divino y se encargará de cuidarlo y transformarlo. La iglesia necesita jóvenes serios, que tomen a pecho su responsabilidad y pongan a trabajar los dones que Dios les ha dado. Que Dios te bendiga y te ayude a ser en tu iglesia un sabor de vida para vida, con la ayuda de Dios así lo harás. Amén.   

© José Vicente Giner