SEMILLEROS DE ESPERANZA
CLAVES PARA EL TRIUNFO (I)
Objetivos:
- Llegar a ser conscientes que en la Biblia se han dejado infinidad de claves para que un hijo o hija de Dios pueda vivir de triunfo en triunfo.
- Comprender que es imposible llegar al destino que Dios nos ha señalado si no seguimos el camino establecido por Él.
- Entender y aceptar que ese camino es nuestro Señor Jesucristo.
Introd.
- Hola queridos jóvenes, para mi es un placer dirigirme a vosotros y compartir reflexiones que nos ayuden a todos a crecer en la vida de fe, familiar, laboral y social.
- Hoy queremos hablar de unas claves que son básicas para triunfar en muchas áreas de la vida, especialmente las ya citadas.
I. ES INDISPENSABLE SEGUIR UN CAMINO
- Todos los humanos queremos ser felices, realizarnos en la vida, tener éxito en todo lo que emprendamos, ser admirados y apreciados por los demás. Esto es normal. De hecho, en la red existen miles de cursos de superación personal para ayudar a lograr estos objetivos propios de los humanos.
- El primer paso que quiero compartir contigo es que, para llegar a un objetivo, sea cual fuere, pero aun más aquellos que son dignos, nobles, elevadores e inspiradores, se necesita recorrer un camino.
- Y en esto hay que ser cuidadosos, porque la mayoría de personas no son conscientes que recorren un camino en la vida, en realidad, todos recorremos un camino, consciente o inconscientemente. Aquel que vive sin objetivos, o los que se abandonan al desánimo, o aquellos que no quieren saber nada de la gente, o que son hostiles, o que dicen no seguir ninguna religión, etc., todos ellos tienen en común que estar siguiendo un camino. El camino del desánimo, el camino de la derrota, el camino del egoísmo, el camino de la desesperanza o del desamor, etc. ¡Existen tantos caminos como personas! Pero no todos los caminos que recorren los humanos son buenos: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte“ (Prov. 14:12). (NVI).
- Los hay que viven con la convicción que andan por el mejor camino. Se empeñan en luchar por la vida, en tener éxito en los distintos desempeños de la existencia humana. Pueden acertar o fallar, pero eligieron un camino. Sin embargo, ¿eligieron el camino correcto?
- Y tú, querido joven, ¿por qué camino estás andando? ¿Es válida la idea de que todos los caminos son buenos y que no hay ninguno específico que podamos decir que es el mejor?
- En español existe el refrán de que “todos los caminos conducen a Roma“. Esta expresión tiene su origen en el tiempo del Imperio Romano, durante el cual se construyeron tantos caminos en su territorio dominado, que salieras desde donde quisieras podías llegar a la capital de Roma.
- Se calcula que el sistema de comunicaciones se componía de 400 vías y una longitud de 70.000 kilómetros aproximadamente, pudiendo llegar hasta África y Asia. Hasta el día de hoy podemos encontrar restos de aquellos caminos.
- Este refrán, que aún es muy usado en nuestros días, significa que no importa qué camino escojas, las decisiones que tomes, o aquello que hagas, al final llegarás al mismo destino. Pero esto es un engaño. Todas las decisiones que nosotros tomamos no nos llevan al mismo lugar.
- Para uno hijo e hija de Dios, sí que importa el camino a recorrer por la vida. De hecho, la Biblia nos habla sobre el camino que debemos recorrer si queremos ser felices aquí y un día estar en el cielo. Si elegimos mal, nuestro camino no nos llevará a un destino agradable.
- Cuando analizamos las vidas de aquellos que deciden seguir otros caminos que no sean el camino de Dios, vemos los resultados negarivos; salta a la vista que existen caminos de vida y caminos de muerte, como decía Salomón.
- Aquí nos llega un consejo bíblico al respecto, que es de suma importancia: Pedir a Dios que nos muestre el camino, Él lo sabe todo, nos ha creado y quiere lo mejor para nosotros: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál es el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma“ (Jer. 6:16). (RVR1960).
- Hallar el buen camino, o el camino, es fundamental, imprescindible para tener paz en el alma. Esto rompe con la teoría de que no importa cuál camino escojamos porque al final todos son buenos. Una familia atea enseña a sus hijos a escoger el camino de la incredulidad. Alguien que nace en países budistas escoge el camino de creer en Buda como medio de alcanzar la realización personal. El mahometano cree en el camino del Islam para salvarse; el judío escoge el camino de la Tora. Están los indiferentes o sin rumbo, que deciden andar por donde les parece mejor, sin considerar realmente si aquello les conviene o les está destruyendo.
II. EL UNICO CAMINO
- Como vemos existen muchos caminos, pero sólo uno es válido si queremos andar por el camino que lleva a la felicidad y salvación eterna: “Yo soy el camino… nadie viene al Padre, sino por mí“ (Jn. 14:6). (RVR1960).
- Notemos que Jesús nos dice claramente que el camino para ir al Padre, es decir para tener armonía con Dios, para ser felices en esta tierra, para estar realizados y hacer la obra que se nos ha encomendado, para salvarnos… ese camino es Cristo.
- Esto no admite discusiones ni se puede negociar. Si uno quiere ser verdadero cristiano y preciarse de seguir la verdad bíblica, no puede pactar con otras religiones o creencias.
- “En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos“ (Hech. 4:12). (NBLA).
- Que Cristo es el camino significa que su enseñanza, lo que el hizo y dijo, es la guía para cada hijo e hija de Dios. Y todo eso está contenido en la Palabra, es decir en la Biblia. Cristo nuestro camino significa que sólo Él ha hecho los méritos necesarios para que los humanos podamos llegar a salvarnos. Apropiarse de los mismos por la fe, es la clave para poder recibir la gracia que nos declara inocentes.
- Pidámosle a Dios que nos muestre su camino y que nos de la capacidad y voluntad para seguirlo (Sal. 25:4). Tengamos en cuenta siempre que nuestros criterios personales, nuestras ideas, nuestros sentimientos y percepciones, nos pueden engañar, hacer creer que estamos en el camino de Dios pero en la realidad estar muy distante de eso: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová“ (Isa. 55:8). (RVR1960). Por eso el Señor nos invita a examinar nuestros caminos y cerciorarnos que estamos en el camino de Dios (Prov. 4:26).
- “No queremos seguir nuestros caminos sino los de Dios. Queremos luchar con todas nuestras fuerzas para aplastar a Satanás y para estar seguros de que estamos en buenas relaciones con Dios, para que podamos disponer de credenciales impecables que garanticen nuestra herencia inmortal“ (Cada Día con Dios, 25).
CONCLUSION
- Muchos se equivocan en la vida y fracasan porque no desean seguir por los caminos de Dios.
- Tienen evidencias claras, pero prefieren seguir en sus sendas porque les reporta mayor placer, o acrecienta su orgullo, o obtienen mayores ganancias materiales, pero no piensan que sus almas están perdidas.
- El gozo de seguir a Cristo y vivir según su voluntad hará de nuestra vida una experiencia fructífera, querido joven, y nos estaremos preparando para vivir un día en la gloria. Dios nos ayude a tomar la decisión, si no lo hemos hecho todavía de andar por el camino correcto, ese es mi deseo y oración. Amén.
© José Vicente Giner